domingo, 27 de octubre de 2013

La realidad del mal, ¿implica que no existe Dios?

Cuando Sam Harris (filósofo y escritor estadounidense) pregunta qué estaba haciendo Dios cuando el huracán Katrina destruía Nueva Orleáns y porqué no impide Dios, la violación, tortura y asesinatos de niños ¿qué está diciendo en realidad? ¿Está diciendo que estas cosas son malas, que debieran ser malas, o que debieran ser impedidas por un Dios amoroso? En cualquiera de estos tres casos, lo que dice es, como mucho: “No veo un orden moral activo aquí”. Pero si no hay Dios, entonces ¿quién tiene autoridad para decir si hay un orden moral en actividad? ¿Sam Harris? ¿Adolf Hitler? ¿Quién?

Además de golpear a Dios por los huracanes, las violaciones, las torturas y los asesinatos, Harris pone al Holocausto ante la puerta del cristianismo medieval. Su visión es, básicamente, que lo que llevó al holocausto por parte de los nazis fue el antisemitismo promovido por los cristianos en la Edad Media.

¿Por qué se detiene en la Edad media? ¿Por qué no avanza más en la historia? Su argumento tiene el mismo mérito que la declaración de Mahmoud Ahmadinejad, presidente de Irán, que dijo que el Holocausto nunca sucedió. Para quien no cree que hubo una causa inicial en el universo, Harris por cierto no tarda en identificar a lo que considera que es la causa de ciertos males.

¿Ha leído Harris algo acerca del viaje espiritual de Hitler? ¿No sabe que a Hitler le interesaba el ocultismo? ¿Conoce que Hitler les regaló personalmente las obras de Nietzsche a Stalin y Mussolini? ¿Ignora el hecho de que Hitler asesinó también a otros que no eran judíos? ¿Ha oído las últimas palabras del cerebro nazi Adolf Eichmann, que se negó a arrepentirse y negó creer en Dios? ¿Sabe cuántos rusos murieron a manos de la máquina nazi?


¿Recuerda las palabras de Hitler, grabadas sobre uno de los hornos de gas de Auschwitz: “Quiero que surja una generación de jóvenes sin conciencia, imperiosos, implacables y crueles”? ¿Sabe que lo que Hitler quería era destruir a los débiles para que sobrevivieran los fuertes y que “la naturaleza quiso que así fuera”, cosa que en realidad enseña el principio ateo de la evolución, como proceso de selección natural, como la “ley del más fuerte”? Nada de eso apunta al cristianismo como origen del Holocausto.

Ravi Zacharías

Extraído del libro "El fin de la razón".

viernes, 4 de octubre de 2013

Haga de la iglesia local su prioridad



Construimos nuestras vidas alrededor de nuestras prioridades. Construir su vida alrededor de la iglesia significa hacer de ella el tipo de prioridad alrededor de la cual fluyen los intereses secundarios, sin superarla. Por desgracia, los intereses como el juego de fútbol del domingo, la temporada de casa, el esquí, dormir hasta tarde, o disfrutar del lindo clima, suelen ser para algunos intereses que se superponen a su participación en la iglesia. Es fácil ver que la iglesia debiera ser más importante que el fútbol. Pero, ¿y si se trata de su empleo o de su barrio? ¿Es más importante para usted el empleo perfecto, la ciudad perfecta, el barrio perfecto, o la iglesia local?

Muchas personas se mudan todo el tiempo buscando un clima mejor, un empleo mejor, sin siquiera pensar en su participación en la iglesia. Suponen: «Por supuesto que encontraré una buena iglesia cuando esté en ese lugar». No obstante, esto no siempre es tan fácil como parece. Si Dios le ha bendecido con relaciones, responsabilidades y comunión en la iglesia donde usted está, le aliento a poner en oración la cuestión de algo tan importante como una mudanza. Lo mismo sucede con la escuela secundaria, o con los alumnos universitarios que están eligiendo una universidad. Que la importancia de la iglesia para usted sea un factor en su decisión. Sé que todo esto es quizá una idea nueva (¡la iglesia local no es un factor que aparezca en la lista anual de las mejores escuelas en los Estados Unidos!). Pero si usted vive para la eternidad y le importa seguir a Dios, ¿por qué no habría de ser una prioridad la iglesia? No digo que esté mal mudarse para estudiar en tal o cual escuela. Pero pienso que muchos estudiantes suponen que deben mudarse sin pensar en las implicaciones espirituales. Mi consejo es no irse lejos a una universidad, alejándose de una buena experiencia en la iglesia.

Conozco estudiantes de mi iglesia que han elegido con cuidado una escuela en otro estado porque saben que en dicho lugar hay una iglesia local fuerte. Entonces buscan involucrarse allí. Muchos otros han elegido asistir a escuelas cercanas para poder quedarse en nuestra iglesia. Ambas pueden ser buenas opciones si la iglesia local sigue siendo una prioridad. Ricky, que vive en El Paso, tenía dificultades con este tema. Decidir asistir a una escuela cerca de su casa para poder seguir concurriendo a la iglesia local donde su padre es pastor no le resultaba fácil. «Recibía pilas de cartas todos los días de universidades de todo el país, incluyendo escuelas como Cornell y Harvard», dice. «Pero luego vi que el lugar donde yo decidiera estudiar sería una imagen del resto de mi vida. ¿Sería mi carrera o mi familia en Cristo mi primera prioridad? Cuando pienso que uno solo estará en la tierra durante un corto tiempo, esto hace que en verdad quiera construir algo con mi vida, algo duradero», dice Ricky. «Para mí, elegir la escuela adecuada vino después de la elección de la iglesia adecuada».

Extraído del libro “Deje de coquetear con la iglesia”, de Joshua Harris